
Todavía estoy sorprendido frente a la última joyita del "ex" (ojo a eso) candidato presidencial de la UDI, Joaquín Lavín. Su nueva postura y definición como "bacheletista -aliancista" me recordó aquella vez que en una entrevista televiva hecha en Concepción dijo que de haber sabido en plena dictadura sobre las violaciones de los Derechos Humanos, hubiese votado NO. Osea, algo tan poco creíble como un billete de 3.500 pesos o como un perro verde.
Pero hay que ver las segundas lecturas que hay detrás de esta nueva condición política, tan alabada por el Gobierno y la Concertación. Lavín claramente está llevando a cabo la estrategia que le acomoda al sector más duro del gremialismo, que es no sucumbir políticamente frente a Renovación Nacional y mucho más allá, dividir a la Alianza y complicar de esa manera y por segunda vez a la opción presidencial de Sebastián Piñera, repitiendo la historia de las pasadas elecciones presidenciales, donde el apoyo de la UDI al empresario fue de la boca hacia afuera.
Por eso no debe extrañar que Pablo Longueira también se declare "bacheletista - aliancista". Es como si alguien de Los de Abajo se declara "chuncho - albo", sólo con el objeto de mejorar el fútbol chileno. Esto es muy raro
Ahora, el Gobierno está feliz con la noticia...fue casi como un salvavidas político, ya que no tendrán que gastar su alicaída fuerza para dividir a la oposición, ya que solos hacen el trabajo. Para echar más leña al fuego, la administración Bachelet "evalúa" integrar a Lavín a su gabinete: Sinceramente no creo que eso ocurra, pero como la política no tiene lógica, puede que veamos "al hombre del cambio" al lado de los Velascos en la foto oficial, con lo que aceptaría el hecho de que el fin del mundo se acerca.
Si es para mejorar este país y sacarlo de las actuales tasas de crecimeinto paupérrimas, cifras de cesantía vergonzosas e índices de distribución de riqueza aberrantes, cuenten con todo mi apoyo. Si es para sacar provechos políticos baratos, de aquellos que ya nos acostumbramos a ver, mejor guarden sus palabras y sus conceptos tan conciliadores y se dedican a ordenar sus filas y a evitar que Chile se detenga y siga siendo el país subdesarrollado que al mirarse al espejo se cree Alemania.
Ya es tiempo que la clase política deje ver las cosas con miopía y de una vez por todas piense que hay muchos chilenos que están sufriendo día a día por salir adelante, pero lo único que logran es mantenerse estancados.
Ya es tiempo que la clase política deje ver las cosas con miopía y de una vez por todas piense que hay muchos chilenos que están sufriendo día a día por salir adelante, pero lo único que logran es mantenerse estancados.
Pero hay que ver las segundas lecturas que hay detrás de esta nueva condición política, tan alabada por el Gobierno y la Concertación. Lavín claramente está llevando a cabo la estrategia que le acomoda al sector más duro del gremialismo, que es no sucumbir políticamente frente a Renovación Nacional y mucho más allá, dividir a la Alianza y complicar de esa manera y por segunda vez a la opción presidencial de Sebastián Piñera, repitiendo la historia de las pasadas elecciones presidenciales, donde el apoyo de la UDI al empresario fue de la boca hacia afuera.
Por eso no debe extrañar que Pablo Longueira también se declare "bacheletista - aliancista". Es como si alguien de Los de Abajo se declara "chuncho - albo", sólo con el objeto de mejorar el fútbol chileno. Esto es muy raro
Ahora, el Gobierno está feliz con la noticia...fue casi como un salvavidas político, ya que no tendrán que gastar su alicaída fuerza para dividir a la oposición, ya que solos hacen el trabajo. Para echar más leña al fuego, la administración Bachelet "evalúa" integrar a Lavín a su gabinete: Sinceramente no creo que eso ocurra, pero como la política no tiene lógica, puede que veamos "al hombre del cambio" al lado de los Velascos en la foto oficial, con lo que aceptaría el hecho de que el fin del mundo se acerca.
Si es para mejorar este país y sacarlo de las actuales tasas de crecimeinto paupérrimas, cifras de cesantía vergonzosas e índices de distribución de riqueza aberrantes, cuenten con todo mi apoyo. Si es para sacar provechos políticos baratos, de aquellos que ya nos acostumbramos a ver, mejor guarden sus palabras y sus conceptos tan conciliadores y se dedican a ordenar sus filas y a evitar que Chile se detenga y siga siendo el país subdesarrollado que al mirarse al espejo se cree Alemania.
Ya es tiempo que la clase política deje ver las cosas con miopía y de una vez por todas piense que hay muchos chilenos que están sufriendo día a día por salir adelante, pero lo único que logran es mantenerse estancados.
Ya es tiempo que la clase política deje ver las cosas con miopía y de una vez por todas piense que hay muchos chilenos que están sufriendo día a día por salir adelante, pero lo único que logran es mantenerse estancados.
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